El tiempo, afamado deseo e interrogante supremo.
La persecución y entendimiento de este concepto que se nos escurre entre las manos , data desde el inicio de la propia existencia humana. Sin embargo en la antigüedad fueron muchos los filósofos que le han dedicado un esfuerzo especial para teorizar y conjeturar acerca de él.
San Agustín de Hipona se debatía entre su significado de esta manera :
«Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro, ¿cómo pueden ser, si el pretérito ya no es y el futuro todavía no es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre presente y no pasase a ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad. Si, pues, el presente, para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo deciros que existe éste, cuya causa o razón de ser está en dejar de ser, de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el tiempo sino en cuanto tiende a no ser?”
De tal modo podemos afirmar que el tiempo es tan etéreo como conceptual. A veces pasa demasiado deprisa y otras por el contrario las agujas se empecinan en no avanzar lo suficientemente rápido.
Poéticamente ha dado mil y un sonetos, pero en la práctica ha generado más de una discusión y hasta pérdidas monetarias.
Porque si algo sabemos aquellos que trabajamos permanente en el mundo digital y en los negocios es que el tiempo bien empleado significa dinero, pero la falta de él trae aparejados egresos sustanciales.
No hace mucho se ha puesto de moda la palabra procrastinación, haciendo referencia en aquella actitud de algunas personas de postergar sus tareas hasta límites insospechados. Procrastinar no es otra cosa que no saber aprovechar el tiempo correctamente y por ende caer en excusas psicológicas para deslizarnos de esta carencia de administración.
En esta nota entonces daremos tips básicos para que cada emprendedor pueda realizar una correcta gestión del tiempo, y de esta manera encauzarse rumbo al preciado éxito.
El emprendedurismo es un mundo apasionante y conlleva para aquel que se anime a emprender enormes gratificaciones y aprendizajes.
1. Priorizar tareas y ordenar mente y calendario.
Para comenzar a pensar en gestión del tiempo primero hay que repensar cómo es que pensamos cada uno de nosotros. Una mente caótica y llena de distracciones es más fácil de caer en las trampas del tiempo que aquellos que tienen en claro sus objetivos, metas y prioridades.
Para ordenar los pensamientos primero hay que llamar a la calma y el relax que se pueden encontrar caminando por una calle no muy transitada, observando un paisaje o bien meditando en un rincón solitario. Una vez que podamos acallar las voces de los WhatsApp sin contestar, los mails pendientes o los reclamos familiares podremos comenzar a poner un poco de orden, y ese es el punto donde es fundamental establecer un orden de prioridades que balanceen la vida profesional con la personal, y de esta manera armar un calendario acorde a las expectativas y deseos.
2. Aligera distracciones
En la era digital tenemos un cúmulo inagotable de recursos que nos hacen la vida más fácil y nos ayudan a nuestra tarea, pero también perdemos concentración y poder de resolución por estar pendientes de tantos estímulos. Es por ello que para trabajar de forma focalizada debes dejar de lado revisar el teléfono cada 5 segundos, organizar reuniones que se extienden más de la cuenta, y todo tipo de actividades que por más útiles que parezcan terminan restándote horas importante de tu día.
3. Aléjate de personas que no sumen a tus proyectos
La verdad de Napoleón. Este gran estratega de la historia, bien cuestionado moralmente por sus acciones decía “Hay ladrones a los que no se castiga, pero que roban lo más preciado, el tiempo»
Y esta frase tiene una vigencia absoluta en la actualidad. Muchos clientes, empleados o compañeros de trabajo tienen la costumbre de tomar prestado el tiempo ajena para desahogarse o bien para chismosear. En estos casos muchas veces por educación o bien para no hacer sentir mal a la otra persona se termina cediendo en sus pedidos en detrimento de las objetivos personales.
4. Duerme lo suficiente
Cada uno de las personas tiene una necesidad de horas nocturnas diferentes. Hay quienes precisan 9 horas, y en el otro extremo se encuentran quienes explican que con 5 vueltas de reloj ya es suficiente. Más allá de las diferencias, entre los emprendedores se repite el lugar común, en el que no suelen dormir lo que su organismo les requiere.
Conclusión: Una mente cansada realiza las tareas en más tiempo, se atrasa, y peor aún, comete errores que luego lleva más horas subsanar.