Elegir el dominio que más se adecue a las características de su página web puede convertirse en una tarea algo compleja. Lo ideal es construir un nombre sencillo, fácil de recordar, sin caracteres pocos conocidos, que logre una combinación perfecta entre qué y a quién quiere hacer llegar su marca.
Muchas compañías cometen el error de no dedicarle tiempo a la contratación de uno, o varios, dominios. Sin embargo, en ellos reside gran parte del éxito en la red. Porque sirven como la carta de presentación para que el usuario tenga un primer contacto con el sitio que usted está emprendiendo.
Así que por más pequeña, y rápida, que pueda parecer la elección, lo mejor es siempre tener en cuenta esta lista de consejos que, probablemente, lo ayuden con el posicionamiento e imagen de la marca.
1. Piense en dominios fáciles de encontrar
Piense en un nombre que incluya el de su negocio o incluya palabras clave que lo ayuden a posicionarse en los buscadores web. Apele a lo breve, corto y conciso, genere una palabra con sentido. Los grandes emporios informáticos y tecnológicos son quienes se dan el lujo de utilizar palabras constituidas por las iniciales de su identidad corporativa.
Ello lo hacen, claro está, porque están consolidados en el mercado y el colectivo es capaz de reconocerlos. Pero usted, en un principio, lo que está buscando es darse a conocer, y por ello necesita exponer sin ambigüedades el concepto a vender.
Una vez que llega a este punto, le toca comprobar si el dominio está libre o no. Es decir, verificar que nadie lo haya pensado antes y, por ende, lo tenga en funcionamiento. De esa manera, puede registrarlo. Además, si está dentro de sus posibilidades, investigue sus antecedentes básicos: ¿a quién perteneció y qué uso le daban? Ya que, conocer el pasado, permite construir un mejor presente.
2. El dominio tiene que ser legible
Es muy sencillo: si no se lee, no se entiende y, por lo tanto, se olvida. Ciertamente, el nombre debe impactar, pero de manera positiva. Evite los guiones o guiones bajos y sobre todo, como ya se mencionó, estructurar palabras que no se ajusten a las reglas gramaticales existentes o que posean caracteres propios de un lenguaje determinado.
En ese sentido, la universalidad será su mejor aliada. Gracias a ella no limitará su target de visitas y potenciales clientes. Tampoco es muy recomendable el empleo de números, a menos que estén escritos en letras y tengan congruencia con la identidad de la organización.
Evite también las mayúsculas, a no ser que formen parte del nombre. Así como los acrónimos y las abreviaturas. Aunque este punto pudiese entrar como tema de discusión, pues, sin son abreviaciones conocidas y ampliamente usadas, a lo mejor calarían. A veces, lo mejor es no correr riesgos.
3. La opinión de otros puede ser determinante
Mientras está en la etapa creativa o de construcción de su dominio, sería buena idea pedir la opinión de otras personas para de cierta manera medir cómo pudiese reaccionar la audiencia ante lo que usted ha creado. Incluso puede acudir al uso de herramientas online, o a diccionarios de sinónimos, si quiere tener las variables del nombre.
4. Sea precavido y evite graves confusiones
Vigile que su dominio no tenga diferentes significados en otros idiomas, porque la identidad de la marca se diluiría si pretendiese abrirse camino internacionalmente. No caiga en las jugadas deshonestas que ejecutan muchas personas, al momento de utilizar nombres de otras empresas ya registradas para robar y aprovecharse de su clientela.
Lo mejor es obtener los triunfos por mérito propio y con honestidad, para poder resaltar del resto por unicidad.
5. Realice un registro exitoso
En internet, puede encontrar un catálogo repleto de empresas registradoras de dominios. Lo mejor es inclinarse por una opción conocida, con experiencia y que brinde garantías a la hora de realizar la transacción. Como por ejemplo, precios reales, sin publicidades engañosas, y promoviendo operaciones confiables. Evite, a toda costa, problemas legales.
Luego le toca, estudiando las necesidades del proyecto web, seleccionar una extensión, genérica o territorial, que arrope sus demandas y sirva como trampolín precisamente para la plataforma.
Muchos aconsejan registrar todas las opciones, y variaciones, posibles que permita el dominio que usted finalmente escogió. Así se evita que la competencia pueda tener un nombre parecido. Ya que, eso sería un grave problema a la hora de una buena diferenciación dentro del mercado.
6. Mantenga su dominio
Las máximas del mercadeo claramente establecen que los cambios abruptos y contantes en las características identificativas de una marca pueden ser contraproducentes para la misma, y eso es cierto. Porque afectan su posicionamiento. Por esa razón, es clave el nombre que elija en un principio.
Igualmente, lo más aconsejable es no perder el dominio una vez que lo haya registrado. Para ello, tenga siempre presente su fecha de caducidad y renuévelo cuando sea necesario. En caso de perderlo, así sea por un día, cualquier persona podría quedarse con él.
7. Un último consejo, pero no menos importante
Motívese a emprender su propio proyecto en la red, a crear su propia marca y exponerla en las plataformas digitales previstas para ello. Si siente que no tiene las destrezas técnicas necesarias, piense que nadie nació aprendido. Lo más importante es tener las ganas de hacer bien las cosas.
Al trasladar su negocio a un sitio web, las ventajas son innumerables. Pero para empezar, siempre tenga presente, es necesario tener un buen nombre.