Si algo no es nuevo en este inmenso mundo digital son los escándalos que rodearon al gigante de los videos en los últimos tiempos. Luego de varias batallas por cuidar el contenido de la red, se ha vuelto a destapar la olla con un escándalo que esta vez se ha pasado de la raya.
Si bien los antecedentes apuntaban en contra de YouTube, desde la empresa habían logrado calmar las aguas afirmando que estaban 100 % comprometidos en la elaboración de filtros y detección de contenido ilegal o todo lo que fuera en contra de los valores de la sociedad.
Luego del estallido del 2018 con la divulgación de videos racistas y antisemitas, todo parecía tranquilizarse, cuando recientemente un nuevo estudio saltó a la luz y provocó la indignación de marcas auspiciantes y de la sociedad en general.
El delicado tema que debe enfrentar ahora YouTube es sobre videos y comentarios de pedófilos en donde muchos niños y adolescentes podrían estar mirando y asociando con las marcas que se mostraban en las publicidades. Una de ellas es justamente Epic Games, que es una desarrolladora de videojuegos que ha saltado a la fama por los millones de usuarios activos en su juego Fornite. La compañía ha salido a declarar que retiraría de la red de videos todos sus anuncios.
La denuncia fue realizada por Matt Watson, un bloggero que demostró que Youtube está facilitando la capacidad de los pedófilos para conectarse entre sí, además, de tener evidencia de que estos videos se están monetizando. Puedes ver aquí su video, que tiene la opción de leer subtítulos en español.
Pero Epic Game no fue la única, Nestlé y Disney también aportaron su preocupación sobre el tema y se perfilaron de manera rotunda en dejar de ser publicitar en YouTube. La pregunta entonces sería, ¿porque una mega compañía como es Google que invierte millones de dólares en mejorar sus algoritmos de contenidos sigue fallando de esta manera?
La respuesta es simple y compleja a la vez, ya que más allá de los intentos por controlar el contenido vertido en cada red social, -recordemos la cruzada de Facebook por la detección de noticias faltas – , los algoritmos de control no dejan de ser líneas de código que se mejoran con prueba y error, pero los daños psicológicos o sociales que pueden traer este tipo de acciones para quienes fueron víctimas de grooming cibernético perduran para siempre.
Sin entrar en debates morales, el dilema que hoy atraviesa YouTube es si las marcas volverán a confiar en anunciarse en la red pese a tantas fallas seguidas o estamos frente al próximo ocaso de la era digital.